martes, 8 de febrero de 2011

La boda “del cólera” era del clan Mendoza

Es uno de los grupos más importantes de Venezuela

(7dias.com.do)

La boda en Casa de Campo que terminó en una infección masiva de cólera entre quienes asistieron fue celebrada en la vivienda de la prestigiosa familia Mendoza, de Venezuela.
En realidad, la boda fue de una nieta de Tita de Mendoza, La Mamá Grande (o abuela) y jerarca del clan venezolano del mismo nombre. Ella preside la Fundación familiar.



Sobre la nieta no se tienen detalles.



El Grupo Empresarial Mendoza, si no es el mayor, está entre los dos mayores de Venezuela. Es el símbolo de alimentos y bebidas en aquella nación. Cerveza Polar es uno de los muy conocidos productos-país de los Mendoza, antigua familia de la industria y el comercio venezolanos. En Venezuela, en cada desayuno, almuerzo, cena o fiesta siempre hay un producto de procedencia de las empresas Mendoza.

Aunque algunos medios aseguraron que el evento fue en la residencia de la familia Cisneros, esa versión carecía de fundamento, dado que Gustavo Cisneros anda por Sudamérica, por lo que no era posible su presencia. La familia Cisneros emitió, a través de Antonieta López, alta ejecutiva de las empresas de Cisneros, una breve aclaración lamentando el caso, pero distanciándose del evento.

En cuanto a la familia Mendoza, hay pocas informaciones sobre el particular, en especial si doña Tita fue afectada de cólera. Tampoco fue posible conocer el estado de salud de Lorenzo, hijo de doña Tita que preside el Grupo Empresarial y cuya hija celebraba la boda.

Hay silencio sobre esos nombres, muy conocidos en Venezuela y América Latina. La participación del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, informando de los casos de cólera de venezolanos infectados en República Dominicana llamó mucho la atención de la prensa mundial.

Que Chávez diera la información se debió a que los infectados son de la genuina plutocracia venezolana, siempre dedicada a negocios. En segundo lugar, se explica también la atención del caso por el presidente de Venezuela por la rivalidad subyacente entre la línea política de Chávez y los intereses de los Mendoza. Hugo Chávez intenta expropiar terrenos del Grupo Mendoza que alojan almacenes de los diversos bienes que producen. 7dias.com.do ha hecho el esfuerzo por identificar la familia que celebraba la boda ante la insistencia de lectores, algunos de los cuales llegaron a creer que la ocultación era deliberada.


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Xiomara Paez

Esto lo escribió Miguel Salazar. No garantizo su veracidad, conociendo los antecedentes de chismoso errático del periodista caduco.
Me cuenta Gabino los pormenores del caso de la boda donde se contagiaron de cólera más de cuatrocientas personas. Además se muestra muy molesto por la actuación del Ministerio del Poder Popular para la Salud. Me dice que no comprende cómo siendo un problema de salud pública, que en Haití ha provocado miles de víctimas, acá en Venezuela los contagiados, sin importar su “linaje” no hayan sido sometidos a cuarentena y confinados a un centro hospitalario hasta tanto se determine su situación sanitaria. Se pregunta así mismo, ¿qué habría sucedido si un grupo de excursionistas de Los Paraparos de La Vega presenta síntomas de cólera a su regreso de Santo Domingo? Simplemente que, como debe ser, habrían sido sometidos de inmediato a lo previsto en los códigos existentes para frenar este flagelo.

Eso no ocurrió con los invitados a la boda de La Romana, incluidos los miembros de la familia Mendoza en pleno. El propio Lorenzo Mendoza de Empresas Polar no ha sido llamado a un servicio sanitario a pesar de haber estado en el sonado casamiento. Igual sucede con el diputado Eduardo Gómez Sigala, también asistente al sarao (¿lo sabrán en la AN?). Ambos han debido ser considerados sospechosos de transmitir la enfermedad y por lo tanto ser sujetos a una cuarentena. Paradójicamente, ello no ocurrió. Inclusive, Lorenzo (con todo el riesgo que ello supone) participó en la entrega del trofeo a Los Caribes de Anzoátegui, en un acto que contó con la presencia de miles de fanáticos del béisbol. Gabino se extraña del silencio de los medios e inclusive de la desinformación de algunos (tanto oficiales como privados).

Le llama la atención el empeño inicial de hacer aparecer a los Cisneros como anfitriones, cuando la realidad es que ni siquiera fueron invitados por la conocida antipatía que se profesan con el grupo Mendoza. Algunos detalles: La fiesta se celebró en Vista Chabon 16, Casa de Campo en La Romana, en Santo Domingo. Allí contrajo matrimonio una nieta de la estirpe Mendoza con el hijo de un odontólogo. Hizo las veces de anfitrión Eduardo Borberg (padre de la novia). Este, por buscar lo menos costoso, haciendo gala de una tacañería tan ancestral como la creencia acerca de la sangre azul de los Mendoza, contrató los servicios de una empresa que dotó los suministros alimenticios (langostas y mariscos) comprados en una población pesquera fronteriza con Haití. En principio se pensó que la fiesta sería amenizada por Juan Luis Guerra, pero Borberg desistió cuando supo que el cantautor exigió 300 mil dólares por su participación. Por ello optó por contratar los servicios de uno de los tantos grupos que pululan por las calles de Santo Domingo.

Al evento fueron invitados 482 venezolanos movilizados mediante un puente aéreo establecido por Empresas Polar (allí podría estar el origen de por qué posiblemente se burlaron los controles sanitarios). En el festejo desfilaron los apellidos Pietri, Jiménez, Azpurua y Quintero, entre otros. Los ricos dominicanos no fueron invitados, salvo el hijo de un ex vicepresidente de República Dominicana y un empresario dueño de un consorcio turístico-inmobiliario. A la media noche se acabó la botellería de champaña y se pasó al vino, vodka y whisky. Se multiplicaron los mesoneros llevando las langostas infestadas en bandejas de una imitación de plata.

Allí no estaban merodeando los gallinazos que, en El amor en los tiempos del cólera, le hicieron pensar equivocadamente al doctor Juvenal Urbino que Jeremiah de SaintAmour había muerto del mal diarreico. Tan pronto concluyó el casorio de la infanta de los Mendoza se manifestaron los primeros síntomas de cólera. Así, Morella Pacheco de Pietri (abuela de la casamentera) fue hospitalizada en un centro de salud, donde permaneció por espacio de 5 días. Una suerte similar corrieron otros miembros de la familia. Los demás regresaron a Venezuela sin dar parte del problema. Las autoridades de nuestro país se enteraron por informaciones que circularon en República Dominicana difundidas a través de Internet. Ahora que Gabino no cuenta con un taburete ni una fronda de mango para convencernos de que somos una sociedad de iguales, es probable que termine proponiéndole a Chávez que le pida al Gabo resucite al doctor Juvenal Urbino y lo haga ministro del Poder Popular para la Salud y a Eduardo Borgers ministro de Finanzas, al primero por estudioso y al segundo por pichirre (aunque lo barato sale caro).


La boda en República Dominica donde se contagiaron de cólera los venezolanos
Publicado: Sáb, 29/01/2011 - 13:18

La fiesta fue preparada para recibir a cerca de 500 personas, la mayoría provenientes de Venezuela, los novios son los caraqueños Mercedes Borberg y Raúl Zajía.

En la fiesta privada, se había colado -a través de la comida- la bacteria del Vibrio cholerae, transmisora del virus del cólera, enfermedad que provoca una aguda infección intestinal que puede producir la muerte por deshidratación.

Las langostas servidas en la boda procedían de las costas de la provincia dominicana de Pedernales, fronteriza con Haití, país donde una epidemia de cólera ha afectado desde mediados de octubre a unas 200.000 personas y ha causado la muerte de cerca de 4.000.

Hasta ahora 111 de las 452 personas que estuvieron en la fiesta de República Dominicana, se han contactado con las autoridades y 27 han sido hospitalizados, informó la ministra de Salud María Eugenia Sader.
Versión de Aporrea.com:

Conozca detalles de cómo y dónde se generó el brote que llegó a Venezuela

La noche de la boda había llegado en el exclusivo complejo turístico anclado en la ciudad caribeña de La Romana, en la República Dominicana, el sábado 22 de enero.
La fiesta fue preparada para recibir a cerca de 500 personas, la mayoría provenientes de Venezuela, pues los novios son los caraqueños Mercedes Borberg y Raúl Zajía.

También había invitados procedentes de los Estados Unidos, México y España. La celebración, de dos días, comenzó con la despedida de solteros en una residencia privada en Casa de Campo, y siguió el sábado en La Romana con la celebración de la unión eclesiástica entre una de las hijas de doña Carmen Mendoza y el hijo del doctor Eduardo Borberg, según trascendió en los diarios dominicanos.

Pero silenciosamente, a la fiesta privada, se había colado la bacteria del Vibrio cholerae, transmisora del virus del cólera, enfermedad que provoca una aguda infección intestinal que puede producir la muerte por deshidratación.

La vecina Haití es azotada por este virus de fácil transmisión desde octubre de 2010, con más de 4.000 muertos. En la misma República Dominicana ha habido, desde que se inició la crisis en Haití, 291 casos en tratamiento.

Ese sábado 22, al otro extremo de la isla que comparten las dos naciones, los asistentes a la boda comían y felicitaban a los novios. Una orquesta venezolana amenizaba el ambiente. Entre los asistentes se encontraban el empresario Fernando Hazoury y Manuel Peynado, hijo del ex vicepresidente dominicano Jacinto Peynado.

Sirvieron sushi, mariscos, pescado y pasta, pero entre los platos principales se ofreció langosta. Casi todos los que asistieron la comieron, incluso el hijo de una de las empleadas que atendió el banquete probó el alimento que su mamá llevó más tarde a casa.

Casi al amanecer, los novios partieron en un crucero por el Pacífico, mientras que los familiares e invitados regresaron a sus países de origen. Todo lo demás era asunto de tiempo. El cólera estaba alojado en la langosta que todos comieron, y este es el elemento coincidente que permitió a las autoridades sanitarias de Dominicana, saber que el virus atacó rápidamente al grupo que acudió a la cita de Punta Cana, reveló a este diario Luis García, vocero dominicano del ministerio de sanidad.

El tránsito del virus comenzó en el pueblo pesquero de Pedernales, en la frontera sur de Dominicana con Haití. De allí se trasladó, camuflado en la langosta presuntamente contaminada, hasta el lugar del banquete.

El contagio fue rápido por las mismas característica del virus. Un total de 452 venezolanos entraron en los registros de riesgo, de los cuales hay 37 confirmados y en tratamiento médico.

En Dominicana hubo cinco infectados, entre quienes se encuentran Fernando Hazoury y Manuel Peynado, internados en la clínica Hospiten, en La Romana. El niño que consumió la langosta que su madre llevó a su casa, también está en control médico. Otros dos isleños no han sido identificados.

Todos los medios de comunicación, en sus distintos canales, comenzaron a reseñar la noticia cuatro días más tarde, cuando la ministra de Salud de Venezuela, Eugenia Sader, confirmó los primeros casos y el origen del contagio. Los focos de la enfermedad se concentraron en Distrito Capital, Miranda, Anzoátegui y Barquisimeto.

La noticia también desencadenó diversos rumores, muchos sin fuentes ni asidero, a tal punto que el empresario venezolano Gustavo Cisneros emitió, en horas de la tarde de ayer, un comunicado en el que se expresaba al margen de lo sucedido y lamentó el hecho: “Les informamos que la Familia Cisneros no tiene ninguna vinculación en el caso, ni con el evento, y que el mismo no ocurrió en su residencia ni en ninguna de sus propiedades”.

El riesgo es latente, porque el virus puede permanecer activo, sin que se manifieste, en cualquiera de los invitados. Todos están considerados por las autoridades como sospechosos de tener la enfermedad, y para esta etapa de riesgo existe tratamiento y un protocolo que evitará su propagación a familiares y a otros venezolanos.

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